EDITORIAL SEMANAL
Domingo, 10 Marzo de 2019
Adios a las tablas
Tanto en San Luis como en el resto de la Argentina están arrancando las clases. Puedo imaginarme a los chicos tratando de ponerse otra vez en sintonía, desperezándose después de las vacaciones y enfrentando a los “monstruos tan temidos” que los esperan en las aulas.
Adios a las tablas Editorial Semanal de Paenza.

Entre esos monstruos es inevitable mencionar a las tablas de multiplicar. Eso que “hay que saber si o si de memoria”. Pero ¿Se imaginan si uno pudiera multiplicar sin tener que saber las tablas? Por supuesto, para la mayoría de nosotros ahora es demasiado tarde: ya las sabemos. Pero me refiero a los chicos.

Lo que sigue es, entonces, una forma “alternativa” de multiplicar, que permite hacer el producto de dos números cualesquiera sin saber las tablas. Sólo se requiere saber multiplicar por dos, saber dividir por dos, y saber sumar.

Este método no es nuevo. Esta era la forma en la que multiplicaban los egipcios y que aún hoy se utiliza en muchas regiones de Rusia.

Supongamos que uno quiere multiplicar 19 por 136.

Entonces, prepárese para escribir dos columnas, una debajo del 19 y otra debajo del 136.

En la columna que encabeza el 19, uno va dividiendo por dos, “olvidándose” del resto. Es decir, debajo del 19 uno escribe el número 9 (ya que si bien 19 dividido por 2 no es 9, el cociente es 9, pero uno ignora el resto).

Y luego sigue dividiendo por dos, usando el mismo método cuando se tropieza con un número impar. Es decir, debajo del 9, al dividir por dos aparece un 4, debajo del 4 aparece un 2 y, debajo del 2, aparece un 1. Y ahí para.

Mientras tanto, del otro lado, en la columna que encabeza el 136, en lugar de dividir por dos, ahora multiplica por dos y pone los resultados al lado. O sea, quedan dos columnas así:

19

136

9

272

4

544

2

1088

1

2176

Ahora, eliminamos de la columna de la derecha los números que tienen a la izquierda un número par.

19

136

9

272

4

544

2

1088

1

217

Es decir, sumamos los que quedaron en la columna de la derecha. En este caso:

19

136

9

272

4

 

2

 

1

2176

Al sumar sólo los compañeros de los impares, se tiene:

136 + 272 + 2176 = 2584,

que es 2584.

Los invito a que hagan la cuenta en forma convencional. El producto de 19 por 136, es justamente... ¡2584!

Un ejemplo más. Multipliquemos ahora 187 por 12.

187

12

93

24

46

48

23

96

11

192

5

384

2

768

1

1536

Primero, tachemos de la columna de la derecha aquellos que tienen compañeros pares a la izquierda.

187

12

93

24

46

48

23

96

11

192

5

384

2

768

1

1536

   

Ahora hay que sumar los de la segunda columna, cuyos compañeros de la primera columna sean impares.

187

12

93

24

46

 

23

96

11

192

5

384

2

 

1

1536

2244

 

Si ustedes multiplican 187 x 12 en forma convencional se obtiene, justamente, 2244.

Créame (por un instante) que este mecanismo anda siempre. Pero antes de pensar juntos por qué sirve lo que hicimos, quiero invitarlo a reflexionar: estamos en presencia de un método que permite multiplicar dos números cualesquiera, ¡sin tener que saber las tablas!

Todo lo que se usa es saber multiplicar por dos, dividir por dos y sumar. Nada más.

Espero que se entienda que no digo que no sirva saber las tablas. Pero sí digo que ese aprendizaje viene en forma natural más adelante en el tiempo de formación de un chico. Si lo que se pretende es que sepa multiplicar, entonces el método que acabo de escribir sirve.

Ahora, si lo que se quiere es que el chico aprenda las tablas de memoria, esa es otra historia.

Una vez aclarado esto, lo invito a que usted piense por qué funciona este método, esta nueva forma de multiplicar, que no requiere que uno sepa las tablas (salvo la del dos).

 

Por Adrián Paenza



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Categoria: CIENCIA