Cuando Emmanuel Pereyra (20) terminó el secundario en La Toma nunca imaginó que en la Universidad de La Punta (ULP) encontraría un lugar donde forjar su vocación y dar sus primeros pasos profesionales. Primeramente, estudió Desarrollador de Software, una carrera que le abrió las puertas a una enriquecedora experiencia laboral en el Parque Informático La Punta (PILP) y, luego, decidió explorar su costado más creativo con Guión y Dirección de Cine y Video.
Pero la historia de Emmanuel en el moderno campus universitario no se resume en dos carreras; mucho menos en sus dos grandes pasiones, la programación y el cine. Por el contrario, es un ejemplo de las oportunidades que ofrece el Gobierno provincial, a través de la ULP, y que están al alcance de todos los sanluiseños con ganas de crecer en lo que más les apasiona.
En febrero de 2012, comenzó a cursar Guión y Dirección, la carrera que eligen los futuros cineastas argentinos. “Estudiar Guión y Dirección de manera gratuita es algo que no sucede en muchas partes de la Argentina. Por eso, elegí la ULP —destaca Emmanuel-. Además, quería estar cerca de mis familiares y amigos; esta Universidad me lo permitía”.
Pero en abril de ese año, una nueva oportunidad se cruzó en su camino, cuando desde el Colegio N° 28 General Juan Martín de Pueyrredón de La Toma, donde había cursado sus estudios secundarios, le informaron que había sido seleccionado para recibir una beca como alumno de la modalidad intensiva de Desarrollador de Software de la ULP.
Este ofrecimiento enfrentó a Emmanuel ante un dilema: ¿debía aceptar la beca o continuar formándose como profesional del cine? En una semana y tras mucho evaluar sus opciones, decidió iniciar un nuevo camino en la programación y abandonar provisoriamente la carrera que había arrancado hacía apenas unos meses. “Uno tiene que aprovechar las oportunidades que le da la vida”, reflexiona sin culpa. Y recuerda: “Antes de irme, le prometí a un profesor de Guión: ´En cuanto pueda, voy a volver”.
Nuevos horizontes
Con un promisorio futuro laboral por delante y desde la comodidad de las residencias estudiantiles, el lugar que supo convertirse en su segundo hogar y donde aún hoy comparte la vida universitaria junto a decenas de chicos en su misma situación, comenzó a proyectarse como profesional del código fuente.
Lejos de resignar su pasión por el séptimo arte, encontró una vinculación entre ambas carreras. “La creatividad siempre fue lo mío. Así que me orienté a la parte gráfica de los sistemas y los sitios web. De esta manera, encontré una conexión entre la carrera de Guión y la de Software: la necesidad de llegar al usuario de una manera visualmente atractiva”, cuenta.
En sólo dos años, consiguió trabajo en Smartix, una de las empresas más destacadas del PILP. Allí se empapó con el día a día del mundo del trabajo, a partir de una práctica laboral de un año, que lo llevó a interactuar con profesionales de otras áreas, participar de distintos proyectos y poner en práctica todo lo que había aprendido en la ULP.
Del código al séptimo arte
En 2014, Emmanuel cumplió su promesa. Tras haber estudiado Desarrollador de Software, retomó la carrera de Guión y Dirección de Cine y Video. “Mi objetivo es perfeccionarme y ordenar toda mi creatividad. Sé que el mundo artístico es muy amplio pero, sea el rol que me toque, creo que lo importante es desempeñarlo con pasión”, afirma.
Con cientos de proyectos y objetivos por delante, el joven desarrollador-guionista sigue disfrutando y aprendiendo de la vida universitaria en el campus de La Punta. “Lo que más me gusta de la ULP son sus paisajes, el hecho de que esté alejada de la zona urbana (esto permite enfocarse en lo académico), el conocimiento, la calidad humana y el entusiasmo de toda su gente pero, también, que sea una universidad joven y conectada”, destaca Emmanuel. Y añade: “El tiempo en el campus se pasa rápido. Eso significa que uno disfruta cada momento”.