Se llama a sí mismo “cuentero” (un término utilizado popularmente en Colombia) pero su gran capacidad para contar historias lo vuelve un transformador social capaz de llevar esperanza y nuevas oportunidades a los sectores más postergados de la sociedad. Así describe su tarea el narrador oral José Luis Gallego, quien esta mañana llegó al campus de la Universidad de La Punta (ULP) para conocer en persona la importante tarea de promoción de la lectura que realiza la casa de estudios a través de Contextos.
“Me sorprendió conocer el desarrollo del Plan de Lectura de la ULP y San Luis Libro. No dejo de asombrarme con todo el proceso pedagógico y la transformación de la sociedad en busca de un futuro mejor, que se lleva adelante en esta provincia”, destacó Gallego, quien fue recibido por el secretario de Extensión, Paulino Gómez Miranda, y la jefa del Programa Contextos, Mariela Hoc, en un recreo de la capacitación que dicta en la Escuela Pública Digital Bilingüe “Nelson Mandela”.
Conocedor de la literatura puntana y, en especial, de las recopilaciones realizadas por Berta Vidal de Battini, el narrador oral resaltó el apoyo brindado por San Luis a las políticas culturales: “Pocos lugares de nuestro país tienen este compromiso. San Luis es un ejemplo para otros gobiernos; este apoyo a las políticas vinculadas con la recopilación y la transmisión de los valores no se ve en todas partes”.
Y añadió: “De la misma manera que los cuentos que hoy conocemos fueron recopilados por los hermanos Grimm hace 200 años, nosotros tenemos que mantener vivo nuestro folclore, nuestro acervo cultural. Los cuentos son —como dice un mito hopi de la creación— una vasija donde se guarda la luz de la conciencia, de la humanidad. Si no la cuidamos, desaparece, se lo devora lo cotidiano”.
El poder transformador de los cuentos
Además de ser orador TEDx, José Luis tiene más de 15 años de experiencia en el arte de contar historias. Desde su lugar realiza una importante tarea social en distintas instituciones de toda la Argentina.
Por un lado, trabaja en escuelas con alumnos desde el nivel inicial hasta sexto grado. ¿Su objetivo? Que los chicos puedan producir sus propias historias. De igual modo, dicta un taller de narración en la Cárcel de Máxima Seguridad Nº 48, donde la Universidad Nacional de San Martín tiene sede. Desde allí y, con el arte y la educación como aliados, busca propiciar un cambio en las vidas de las personas en contextos de vulnerabilidad.
“El arte de narrar cuentos transforma, genera vínculos y lazos. Esos cuentos nos devuelven la esperanza en porciones que uno puede administrar y nos muestran que se puede resolver un mismo problema de muchas maneras”, reflexionó. “El trabajo del narrador consiste en desaparecer para que aparezcan las historias. Allí es cuando cobran vida. Ya no es el narrador quien cuenta la historia sino un grupo de personas”.