TALENTOS ULP
Miercoles, 17 Febrero de 2016
“Si hubiera nacido en otra provincia, seguramente no habría sido ajedrecista”
Andrés Palú es uno de los máximos exponentes de la Escuela de Talentos de la Universidad de La Punta. Tras haberse consagrado Maestro FIDE en Bolivia a fines de 2015, el joven ajedrecista merlino busca seguir creciendo en el juego ciencia para alcanzar su próximo objetivo: el título de Maestro Internacional.
“Si hubiera nacido en otra provincia, seguramente no habría sido ajedrecista” Palú es uno de los exponentes más destacados de la Escuela de Talentos de la ULP.

A simple vista, Andrés Palú es un adolescente de 17 años como cualquier otro: disfruta juntarse con amigos, jugar a la pelota y pasar largas horas frente a la computadora  intentando no perder vidas en su videojuego favorito. Pero este joven oriundo de la Villa de Merlo no es uno más. A fines de 2015 se consagró Maestro FIDE en el Sudamericano SUB 18 disputado en Bolivia y hoy busca alcanzar el título de Maestro Internacional (MI), uno de los más importantes en la trayectoria de todo ajedrecista.

Pero, ¿quién es este talento puntano que deja boquiabiertos a sus rivales con inesperadas tácticas defensivas? ¿Cómo descubrió su vocación por el juego ciencia? ¿Qué piensa de que su gran pasión sea reconocida en San Luis como una política de Estado? 

Palú es uno de los máximos exponentes de la Escuela de Talentos de la Universidad de La Punta (ULP), la iniciativa donde se forman los más destacados ajedrecistas de la provincia. “La ULP me aportó mucho, no sólo desde lo económico y lo formativo, sino también desde lo emocional. Sin importar el resultado, siempre me alentó a seguir adelante, a no bajar los brazos”, asegura. 

Su carrera comenzó a la corta edad de 7 años, cuando su abuela le regaló un tablero de ajedrez. “Al principio, con mi familia leíamos las instrucciones para jugar hasta que mi papá me propuso tomar clases con Claudia Amura (en ese momento estaba radicada en Merlo)”, recuerda.

Entrenar con la pentacampeona argentina de ajedrez (exjefa del Programa Ajedrez de la ULP y hoy al frente de la Secretaría de Deportes de la provincia), fue la motivación para iniciarse en el alto rendimiento deportivo. Así fue cómo Palú pasó de participar en torneos infantiles locales a destacarse en campeonatos nacionales e internacionales como el Panamericano de Colombia de 2007 (salió segundo), y los mundiales de Turquía 2007 y Vietnam 2008.

Revancha personal

"El Maestro Ricardi me enseñó no sólo a mover piezas, me enseñó valores", asegura el joven Maestro FIDE.

Después de haber conocido la victoria y la derrota, Palú decidió alejarse momentáneamente del juego ciencia. Lo cierto es que después de un año de inactividad aprendió una valiosa lección: “Entendí que uno no debe dormirse: perder es, también, aprender. Para triunfar en una disciplina hay que ponerle garra, dedicarle tiempo, estudiar…”.

Hace poco más de un año, este joven talento formado por la ULP volvió al ruedo con todo. Por medio de clases personalizadas con los grandes maestros Pablo Ricardo y Diego Flores, y torneos abiertos en los que ha logrado resultados destacados, busca seguir escalando posiciones para alcanzar el título que otorga la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE).

“Sé que es difícil convertirme en Maestro Internacional pero si otros lo han conseguido, ¿por qué yo no? Estudiando, compitiendo y con el ánimo bien arriba, tal vez lo logre”, reconoce. Y analiza: “En este camino, el apoyo de la ULP es fundamental. Ayuda mucho que en San Luis, el ajedrez sea una política de Estado. Si yo hubiera nacido en otra provincia, seguramente no habría sido ajedrecista”.

Palú por Ricardi, Ricardi por Palú

Además de guiar los destinos del programa Ajedrez de la ULP, Ricardi es el entrenador personal de Palú. Al referirse a este deportista en formación evaluó: “Andrés está recuperando el tiempo perdido y teniendo muy buenas actuaciones. Si sigue así, estoy convencido de que en breve obtendrá el título de Maestro Internacional”.

Por su parte, el joven talento ve a su maestro como un ejemplo a seguir: “Si bien me gusta el estilo de Kasparov y Fisher, me identifico mucho con el Maestro Ricardi. Además de mover piezas, me ha enseñado valores. Gracias a él aprendí que, tanto en el ajedrez como en la vida,  siempre hay que dar lo mejor de uno”. 



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